lunes, 10 de mayo de 2010

El Poli y Jojoa: Un pronto divorcio

Por: Dayron Londoño Cubides


Era domingo. El bochornoso sol de medio día caía sobre La 25― carrera principal y corazón de Calarcá― y también lo hacía en las caras felices de cientos de personas que la transitaban, con una mano llevaban cogidas a sus familias y con la otra cargaban flores, helados, postres, ensaladas de frutas, pollo y arroz chino. Se celebraba el día de la madre.

A dos cuadras de la plaza principal (plaza Bolívar), al lado de un gimnasio titulado Sport Center y al frente del Edificio Panorama, existe un espacio amplio, abierto y cerrado. Despejado porque no es un coliseo cubierto y está sin techo, y cercado porque tiene bloques de cemento, single y malla metálica; hay dos entradas, o mejor, una entrada y una salida, pero la salida, la mayor parte del tiempo está con candado. Por la entrada hay dos baños, que hace años no se utilizan y que solo se abren cuando hay actividades programadas de las fiestas del municipio. Este lugar se llama Polideportivo El Cacique y se le ha denominado con cariño “El Poli”. Al entrar, en forma descendiente se perciben primero las gradas, luego en el centro la cancha, y enseguida asciende un poco el terreno, sobre el cual está parada una construcción compuesta por vestiers, locales y habitaciones. Todo lo que posee hierro está pintado de color azul, idea de la administración municipal, cuyo signo va mucho más allá de representar el hermoso cielo, es un fuerte significado político y social, un color que tiene rotulo propio en este pueblo: Mira.

A esa hora, normalmente hay un pequeño grupo de gente que se reúne, no solo los sábados y domingos desde las diez de la mañana en adelante, sino entre semana. A estos se les llama de dos formas: Los hijos adoptivos del Poli ó Los vagos del Poli. Pero hoy, los vagos del Poli no se hallan en su segundo hogar. El único presente es un hombre chaparro, de 66 años, desgreñado, de pelo corto y negro, con una calva en el centro muy parecida a la de los monjes franciscanos, unos dientes en estado de recreo y amarillentos, como las botas que lleva puestas, como la ropa que lleva puesta, que antes en su buena época debió de haber sido blanca, pero ahora está manchada gracias a la labor que realiza este sujeto. Este hombre es conocido como Jojoa, celador del Poli, “yo también barro, trapeo, voleo machete” señalando el area verde del Poli, “eso no debería de ser así” se queja manifestando indignación con respecto a los oficios varios que realiza; Jojoa es además tendero. Cuando al preguntársele el por qué no están los jugadores usuales de baloncesto en la cancha, este responde: “no ve que hoy es día de la…de la…”, “la madre” completa el reportero, “Eso, día de la madre” Reafirma sin inmutarse.

Como está haciendo tanto calor y Jojoa está sudoroso, sentado sobre su silla predilecta se quita la camisa, se quita los zapatos, las medias―lo hace en sitio visible― va y se acerca a un grifo, se lava un poco las manos y la cara, hace unas maniobras mojando y retorciendo las medias y las cuelga sobre la malla más próxima a su cuerpo. Se desaparece en uno de los vestieres que está cerrado con llave, vuelve al rato más reluciente, con una toalla se sienta en su silla, despliega sus posaderas y trata de secar sus pies y su pecho, que tiene la marca del esqueleto en diferente tono a la de su cuello. No tiene afán, pues dura más de veinte minutos pasándose la toalla. Pero eso no le quita su expresión Down del rostro. Está cambiado, tiene una camiseta con estampado que dice Sport, For the love of the game, dice gustarle el micro, el baloncesto, el voleibol “y todo eso”.

―Me presta un baloncito de baloncesto―dice un estudiante de periodismo, que está haciendo labor de reportería y que alguna vez hizo parte de los vagos del Poli.

Haciendo detección del rostro que tenía enfrente, Jojoa se lo presta sin vacilación― ahí está―dice casi sin oírse bien, con la mirada gacha, cansada y perdida. Fue fácil pedir prestado el balón, ya que en otras ocasiones Jojoa pone trabas a desconocidos para el préstamo y pide cualquier cosa como garantía hasta su devolución.

El reportero entra a la tienda:

―Cuénteme―dijo Jojoa

―Algo de tomar, bien baratico―aquí, el estudiante de periodismo se flaqueó al pedirle una entrevista, quería primero romper el hielo y tomar notas de observación.

―Vea esto―muestra una naranjita, agua hidratante de 100$.

―Algo mejor que tengo 800…―dice desconfiando de estos cupis, por la fama que tienen de aguas sucias.

―Bueno, mire tengo esto―hablando con mucha paciencia y sacando un Tampico sabor a naranja, tenía el rostro afligido, bien pudo ser por la fastidiosa sensación de más de 30 grados de temperatura y los luminosos rayos del sol que trataban de metérsele por donde fuera.

―Tengo 200… de más para comer alguna cosa―dice el reportero viendo el surtido en las vitrinas.

―tengo esto que es a 150… pero le voy a dejar dos en 200…― pasando unas galletas capri, sabor a vainilla.

―Gracias―dice extrañado el estudiante de periodismo, que según él, aquello era un gesto muy poco usual de Jojoa hacia con este, porque si bien llegó a fiarle bebidas una que otra vez a los “vagos”, no lo hacía nunca cuando alguien había estado “perdido” sin volver al Poli desde hacía mucho tiempo.

Aquella tienda había sido creada hace 15 años y él había llegado hacia 19 para ser el celador, “yo estuve politiqueando con Rubí García de Gil, pariente de Lucelly García de Montoya” refiriéndose a la publicidad que había hecho en esa época a favor de la que fue alcaldesa de Calarcá “y fui puesto aquí como empleado fijo, así que algunas administraciones me han querido sacar, pero yo tengo los papeles y…” Jojoa tiene buena reputación como cuidandero “si demuestran que hago un mal trabajo pueden echarme, pero como yo lo hago bien no pueden hacerlo”.

Ocupándose de su tiempo, cierra su tienda con llave (tiene la manía de cargar siempre con las llaves para todas partes a las que va), tiene una desconfianza desarrolladísima, pues sus rasgos de nativo―piel oscura, quemaduras del sol, ojos oscuros, labios delgados etc.― no son heredados porque si, son heredados junto con el mito de la malicia indígena porque corresponde a un legado físico y cultural ancestral. Malicia indígena que muestra con gran viveza vigilando y haciendo guardia, pero parece desconocer acerca de su pasado, Jojoa Nació en pasto. El reportero recuerda un comentario que le dijo un día Jojoa a uno de los “vagos principales”, a chito (que también posee rasgos indígenas): “ijueputa indio tan bruto”. Jojoa parece ignorar sus verdaderas raíces e ignora que su nombre: José Fausto de la Cruz Jojoa, es un prototipo más de lo que es un indígena en Colombia, influenciado por ideales de blancos y conceptos de blancos, influenciado por las formas de aceptación socialmente estipuladas en la modernidad.

Detrás de la tienda, cerca a la salida hay un árbol de aguacates. Jojoa se dispone a bajarlos con una vara que tiene un arco que le facilitara el trabajo. En ese momento llega julio, un niño muy parecido a José Fausto que le trae el almuerzo en una cajita de icopor.

―Hay que bajar eso―señala el árbol y se lo ordena a julio.

― ¿Todos esos aguacates?―remilga el chino desaprobando lo que debe hacer.

― ¡Si no me quiere ayudar entonces no me ayude! ―alzo fuertemente la voz con un propósito de regaño, lo iba a hacer él mismo, el niño se echó para atrás en su expresión y decidió hacerlo. Jojoa dio la espalda y se desplazó hasta la tienda.

Pablo, veintiún años, un “ex –vago” del Poli, llega por la salida, que estaba cerrada, al ver que estaba presente el vigilante, saluda al reportero, jojoa se distrae y este salta una de las vallas metálicas. Lo anterior si Jojoa lo hubiera visto se hubiera puesto histérico, pues a él le gusta que entren por la puerta principal y que la gente no tenga comportamientos de delincuente saltando bardas, porque según él todo lo pueden destruir “estos hijueputas dañan todo, dañaron hasta las baldosas”. Pablo susurra “este viejo malparido”, no es discordia, es un trato muy familiar entre ellos.

― ¿Con estos aguacates está bien?―dijo Julio mostrando una coca mediana casi llena.

― ¿ya terminó?, ahora mueva ese plástico para allá detrás del naranjo― le dijo enfadado―Chino verraco me saca la piedra―manifestó y el niño con dificultad empezó a hacerle caso.

El reportero le pidió la entrevista, pero dejó que este primero almorzará. En la cena, tuvo una conversación con julio, que tiene alrededor de once años de edad y es su nieto.

―Abuelo me da plática para llevarle algo a mi mama―dijo el niño moreno.

―Me gaste todo en el pasaje―dijo Jojoa con masticando su comida.

― ¿Qué le llevo a mi mamá?―dijo impaciente.

―Llévele alguna cosa―responde Jojoa.

―Hoy es día de la madre y no tengo nada que darle.

― ¿Qué le va a llevar?―

―Una flor―

― ¿Una qué?―

―una flor―

Justo cuando Jojoa estaba terminando el consumo de alimentos, del 3er. Piso de Sport Center grita una mujer “Jojoa me trae una coca-cola por favor”, “¿350?”Pregunta Jojoa “Sí”, contesta ella. Sin esperar mucho, destapa la gaseosa, cierra la tienda y se dispone a subir gradas arriba con la botella de vidrio en sus manos, parece no molestarle la idea de llevarle la gaseosa, pues son las mujeres una de sus motivaciones. Para sorpresa de muchos, no se la llevo hasta el 3er. Piso, sino hasta el límite entre el gimnasio y el polideportivo, se la pasa por una rendija y recibe su dinero, espera unos minutos hasta que le devuelvan el envase.

Baja y le habla al reportero “espere pues yo voy a abrir allí” indicando la puerta de salida para quitarle el candado “que van a traer la comida para los perros”. Sus perros, Simón y Catalina, son los únicos acompañantes que tiene desde hace tres años, puesto que Jojoa vive solo en el Poli “desde hace 20 años, haga cuentas, desde el 91” y de sus ocho hijos que tuvo en unión libre, solo hay tres que viven en Calarcá “Erika, María y Héctor que trabaja con cueros en la maría” y estos ya tienen sus vidas propias formadas con otras personas “ya estoy viejo y estoy solo en el mundo”. Tuvo un triste episodio con la que fue la mamá de sus hijos, “se fue con otro más joven que yo y me dejo, ella se fue con él y yo no me fui con ninguna” explica dando bocanadas a estas palabras que le son difíciles de pronunciar. Pero, apenas se le pregunta por otras mujeres, cambia de un gesto triste a unas muecas de felicidad instantánea, parece recordarlas:

―Yo he visto que Ud. es todo coqueto con las viejas que vienen acá―afirma el reportero― ¿tiene novia o novias?― interroga.

―Dos noviecitas―declara con una gran sonrisa ―hay que hacerle a todo lo que se mueva―se ríe a carcajadas.

― ¿De dónde, de donde son cuente? ―interroga curioso como un cómplice de aventuras.

—de por ahí.

— ¿De dónde? jojoa cuente—insiste.

—De por ahí cerquita—evade la pregunta.

―Entonces, uy Jojoa ¿no me diga que también a las señoras de la tercera edad que vienen a hacer ejercicio a acá en las madrugadas Ud. le hace…?― cuestionándolo.

― ¡Esas ya no dan! me imagino las musarañas que harán si las tocan después de tanto tiempo en que nadie lo hace ¡ja ja ja!

Jojoa explica que “Aquí no hay horario” pues abre desde las cuatro de la mañana para la gente que trota en las madrugadas y cierra dependiendo de la situación, si hay juegos del municipio “cierro a las once o doce” o si está sola la cancha “cierro a las ocho ó nueve”.

―Ya hemos hablado de muchachas… y los muchachos qué―Le toma el pelo.

―Uy no, yo no le jalo a eso―se pone serio.

Llama la atención del reportero y señala en un lugar de las gradas a una pareja que se refugia del picante astro bajo un arbusto, aquellos se están besando desaforadamente “vea…voy a bregar conseguirme una vieja”.

Jojoa, hace aproximadamente 4 años tuvo un accidente, cuando subido en la esquina del techo “”haciendo los oficios varios” unas tejas de la infraestructura cedieron a su peso y se desplomaron, dándose primero con una teja de mas abajo y el suelo que irremediablemente le recibió sin espera. “Estuve un año jodido y tres-cuatro meses muy mal”, en ese lapso de tiempo fue su primera separación con el Poli, y sus hijos estuvieron a cargo mientras él se recuperaba, luego hubo reconciliación pero hubo resentimiento y reacción por parte de Jojoa hacia la administración municipal, pues esta “no me ayudo con un solo peso, todos los gastos los cubrieron mis parientes”, “y fuera de eso no me quieren reconocer la pensión de diez años de día y diez años de noche trabajando como cuidandero de este lugar, por lo que me toco demandar al municipio” dice con un tono de rabia e ira.

Así es como esta relación entre Jojoa y El Poli se encuentra en crisis, “no me voy hasta que me paguen todo, vacaciones, gastos médicos, indemnización, remuneración y pensión”, en un vinculo de cuerda a reventar, en un devenir irreversible de divorcio, tantos años de amor y soledad compartidos que a lo ultimo los problemas que siempre aquejan a las parejas aparecen: Celos, Necesidades económicas y la caída en la aburrida cotidianidad.

—Nos tenemos que ir ya, tenemos hambre y en la casa nos esperan ―dicen al unísono el reportero y Gary, su acompañante.

José Fausto de la Cruz Jojoa se queda “celebrando” junto a Simón y Catalina el día de la madre, que sin madre no tienen nada que celebrar, para él parece ser un día normal, un día de trabajo, un día para consentirse y abrazarse con El Poli. Y mientras tanto dice “voy a hacer una llamadita allí”. “Chao y gracias Jojoa” le dice el reportero, con intención de dejarlos nuevamente en la intimidad, a ver si algún día arreglan las cosas.

lunes, 12 de abril de 2010




VIVIENDO DE LOS MUERTOS

Sábado 03 de abril de 2010…hora: 4: 00 pm
Entrevista Personal




Joselín Peña García es un orador católico, fue misionero franciscano en la selva amazónica entre la frontera de Colombia-Ecuador-Perú y Brasil. Se retiró. Ahora, desde hace 15 años, está radicado en Calarcá-Quindío, y ha estado presente en todos y cada uno de los funerales del municipio.

¿De qué vive, Joselin?
Yo vivo de Acompañar a las familias en los funerales, rezando; también vivo de los novenarios, pues voy a las casas. Yo cobro cuarenta mil pesitos por los nueve días, contrario a la iglesia que cobra noventa mil, por lo que vé se los dejo más barato.

¿Dónde nació y hace cuanto?
Nací en Calarcá-Quindío el 4 de septiembre de 1948.

¿Cómo se llama el cementerio?
El Cementerio Nuestra Señora del Carmen

¿Qué piensa Ud. de que el cementerio esté en frente de la zona rosa de Calarcá?
No estoy en desacuerdo, porque esto no afecta para nada. Además, es muy difícil que el cementerio lo vayan a cambiar así de la noche a la mañana, porque primero fue construido este y luego los bares, que son más nuevos. Eso es difícil porque esto es de la iglesia católica, incluso aquí se quiso meter hasta el alcalde, pero eso no se puede porque es una cosa muy distinta esto es de la iglesia, a la alcaldesa anterior también le insinuaron que lo hiciera, ¡que pena pero esto no tiene nada que ver con el municipio! Pienso yo.


¿Cómo se llamaban sus padres y qué hacían?
Mi mamá se llamaba María García y mi papá se llamaba Alfonso Peña García, ex alcalde de Calarcá en la época de la violencia, de aquí nos tocó salir desterrados porque la gente se agarraba por colores, que azul-que rojo. Mi papá contó con suerte pues tuvo un puesto en el senado como taquígrafo, y allá tuvo toda una vida hasta que se pensionó y llegó a ser el Secretario General del Senado.

Cuénteme algo de su niñez…
yo me fui con mi papá también para Bogotá, mi madre murió cuando era muy joven y entonces mi papá me interno con los franciscanos en el Colegio del Virrey Solís, del cual yo salí como bachiller…de ahí me fui para el seminario misioneros franciscanos a Quito- Ecuador y allá estuve cuatro años estudiando y salí como hermano misionero, estuve en misiones: en ecuador, Perú, Bolivia y Brasil, pero me retiré porque ya la comunidad se porto muy mal, nos tiraron en la amazonia peruana, y yo decidí renunciar.

¿Qué hace ahora y cómo se gana la vida?
Yo me vine para Calarcá porque es mi tierra y yo encontré el modo de ganarme la vida a través de suplicar por los difuntos, ese es mi trabajo en estos momentos. Yo voy y acompaño en las funerarias a las familias, en el cementerio hago oraciones y en las casas novenarios.

¿Desde hace cuanto está en Calarcá?
Hace quince años más o menos.
Algo que recuerde de su niñez en Calarcá…
La verdad no recuerdo mucho, lo único que si recuerdo era que aquí se veía un conflicto por la política, la gente se mataba y se mataba.

¿Está desvinculado con la iglesia?
No yo con la iglesia no, todavía voy y colaboro en ciertas parroquias y me llaman a animar misas; es más, yo todos los años hago viacrucis y camino desde el Lincon hasta Llanitos, este viernes lo hice.

¿Sus creencias religiosas son meramente católicas?
Si claro, toda una vida

¿Cree en la iglesia? ¿Creé en dios?
Si

¿Nunca ha tenido sus dudas?
No, a pesar de…no, lógico claro, no todo es perfecto y la iglesia tampoco lo es, pero yo tengo cimentada mi fe y mis convicciones, hasta me han tentado irme para otras sectas y he tenido buenas ofertas, pero no he querido nada. Sigo firme.

¿Con quién vive ahora, Joselin?
Yo prácticamente vivo solo, tengo una habitación, pago mi arriendo y mi comida; hago eso con lo que me gano, vivo mas o menos, humildemente, no me falta nada gracias a dios.

¿Desde que horas se despierta y a que horas se acuesta?
Cuando tengo trabajo me levanto temprano, siete u ocho de la mañana, ya estoy en las funerarias, me llaman para algún velorio o algo así y voy. Cuando no, pues estoy ahí en mi habitación arreglándola y preparando mis alimentos o salgo por ahí a la calle…

¿Se considera un hombre político?Porque su familia era política
Mas bien pocon, eso no quiere decir que yo no participe en las elecciones, yo voto, pero no soy de directorios ni nada de eso.

¿Su convicción política es la conservadora, o…?
Ni tan conservador, mas bien un pocon de izquierda, pero no soy ferviente, yo cumplo con mis funciones como ciudadano.

En pocas palabras, ¿Quién es Joselin Peña?
Una persona común y corriente de aquí de Calarcá, un ciudadano más, que trato de ser honesto, una persona de bien, trato de no hacerle mal a nadie, de estar en paz con dios, con mis semejantes, eso soy yo, no soy más.

Cuéntenos acerca de su carácter…
Soy pacífico, lógico que no soy santo y también no voy dejarme del que se meta conmigo, pero gracias a dios me he sentido muy respetado aquí en Calarcá porque la gente me aprecia mucho.

¿Qué piensa de la vida?
La vida da vueltas-vueltas, tiene altibajos porque pasa uno bien y pasa uno mal. En fin, también depende de cómo uno la lleve…así va pasando la vida de uno.

¿Qué piensa de la muerte?
Es algo de lo cual uno debería de familiarizarse, porque sabe uno que eso en cualquier momento le va a llegar, a todos: Jóvenes, viejos y niños. Yo he visto aquí morir niños recién nacidos y gente de todas las edades…uno ya se familiariza.

¿Le teme a la muerte?
No, ya no. Lo importante es estar preparado para la muerte.

¿Cree en la reencarnación o en la resurrección?
En la reencarnación no, de pronto en la resurrección si, como no lo enseña la iglesia católica. El señor nos dice que debemos estar preparados para la muerte.

¿Existen los Ángeles de la Guarda?
Si claro, el ángel principal, que nos protege y nos ampara y también creo en otros ángeles y legiones.

¿Qué le da miedo?
La traición de un amigo o un cercano, me da miedo y tristeza.

¿Qué le da rabia?
Las injusticias, la falta de sinceridad de personas, también cuando algunas personas me ha quedado mal y no me pagan, porque creen que yo no necesito dinero, sabiendo que lo necesito para vivir.

¿Qué le da alegría?
Escuchar música, ver los animales, ver la naturaleza.

¿Qué historia de los que han muerto le ha llamado más la atención?
Hay varias anécdotas, por ejemplo: un muchacho joven que mataron y le hicieron una algarabía con un recorrido por todo Calarcá, tiraban aguardiente sobre su tumba.
Quiero contarle que yo estuve en el grupo Scout en el colegio, uno aprende a querer a los animales, al prójimo, a la naturaleza. Los animalitos son más fieles que los seres humanos, y pagan muy bien por eso como decía un gran filósofo “entre más conozco al ser humano, mas quiero a mi perro”.

Entrevista encuentro de culturas

PERIODISMO--------------------------------------------------------------------------------


ENCUENTRO DE CULTURAS:
2DO. FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO EN EL QUINDÍO
Participan: Argentina, Brasil, España, Italia, México, Ecuador y Colombia.


Entrevistas realizadas el 29 de marzo de 2010. 8:00 pm.

Lugar: Plazoleta Centenario/ Armenia
Grupo: Circo Poeira/ Brasil
Obra: Circo Dust

Un artista extranjero participante del 2do. Festival Internacional de teatro, habló con Utopía acerca de diversas cosas. De forma titubeante esto fue lo que empezó a decir a penas se le pidió la entrevista:

Yo no hablo muy bien el español
No importa esa es la cosa que es de otro país, ¿Cómo es tu nombre?


Caio Estolai
¿De dónde proviene?
De Brasil, de San Pablo


¿Hace cuanto hace teatro, clown, espectáculo?
Yo soy artista desde hace 16 años, trabajando profesionalmente, yo vivo de esto, viajando por todo el mundo y ahora yo estoy muy contento de estar aquí en Colombia, porque Colombia tiene mucha cultura, las personas son muy amables, muy educadas…yo tengo ganas de quedarme aquí por mucho tiempo porque para mí es un gran placer.


¿Le gusta el futbol?
Si me gusta mucho


¿Es hincha de que equipo?
La selección de Brasil


¿De algún club en especial?
Ahora me gusta el Corinthians por Ronaldinho que está ahí jugando, y me gusta Ronaldo.


Hablando de selecciones, después de Brasil, ¿cuál es su segundo equipo favorito?
¿Después de Brasil? No se…todos son malos…


Algo que me quiera decir…
Una cosa que me impresiona de Colombia es la cultura, el país. Ahora los periódicos le hacen daño hablando cosas que no son buenas sobre Colombia…ellos no saben que es lo que pasa de verdad en este país…yo sé muchas cosas, la primera vez que estuve aquí fue en el 98, Desde eso soy un defensor de Colombia porque es un país muy rico y porque las personas son muy educadas.


¿Con que animal se identifica?
Con los pájaros


¿Por qué?
Porque ellos pueden volar


¿Quieres mandarle un mensaje al público?
Pongan su risa afuera lo más que puedan, porque la risa es la cura.

De igual forma, una espectadora muy singular se encontraba en el público, no pasaba desapercibida, tampoco era colombiana:

¿Cuál es tu nombre?
Me llamo Sara


¿De dónde vienes Sara?


La verdad es que yo nací en los Estados Unidos, pero mi familia y yo estamos de gira por toda Colombia.


Que bueno, ¿…y eso por qué?
Eso es porque amamos a Jesús y nosotros somos un equipo de ballet y teatro, y nosotros vamos haciendo espectáculo sobre todas las ciudades de Colombia, hablando con la gente de Jesús y de su amor y alegría, y la música que él tiene para todos.

¿Todos los que están a tu lado son tus hermanos? Porque son bastante parecidos.
Si, somos una familia bien grande, mi papá, mis dos hermanas, y mis tres hermanos. Somos todos ya adultos y somos una familia muy unida.

Que bien, ¿cómo se llama el grupo?
Somos conocidos como la Frecuencia, porque nosotros nos sentimos como la frecuencia de dios, porque cada persona tiene una canción que dios está esperando mostrar y que cada persona puede tocar, para traer armonía y música al mundo.

¿Cuándo se van a presentar en Armenia?
Hemos estado presentándonos las últimas dos semanas, este fin de semana en el Parque Sucre, la Plaza de Bolívar, también en algunos colegios y en la cárcel de mujeres.

¿Con qué animal te idénticas?
El caballo y el halcón

¿Qué mensaje mandas a los lectores?
Lo que más me importa es que la gente conozca a Jesús, no de una forma religiosa, no importa la doctrina, la religión, la creencia…lo que más importa es que se encuentre con Jesús para tener salvación, porque eso es lo que da el propósito a la vida.

domingo, 11 de abril de 2010

¿POR QUE CONSTRUYENDO UTOPIA?
ESPEJO ROTO
Fue la noche más aterradora y sádica que ningún mortal haya podido presenciar. Una granja aislada de toda civilización, deshabitada, sombría, y de color sepia, que era el testigo de la larga vida de soledad que conllevaba.
- ¿amigo, por aquí es para Allá?
-si, siga derecho y no mire para atrás, porque Allá asustan.
Para llegar al más Allá era necesario recorrer un camino de serpiente que auguraba la entrada al mismísimo infierno. Pasar unos musgos putrefactos, cruzar un rió de sangre, respirar vapores venenosos, y resistirse a los llantos crueles de la llorona (sonido de llorona). Fue allí, en la frontera de los municipios, en la montaña más desterrada y solitaria de toda la cordillera . Si, allí donde un rojizo cafetal y un pantano melado de semilla se combinaban con el atardecer y parecía encenderse una llama que quemaba el horizonte… ¿acaso era el calentamiento global o más bien la hacienda de Lucifer? No, era la finca de mi abuela.
- mijo lo he estado esperado hace tiempo- dijo la abuela.
-Lo se abuela, por ti he sido que he venido.
La abuela, a pesar de su piel arrugada y lisa, sus canas a medio pintar, y su aspecto de bruja maquiavélica, era la fiel reproducción de una tierna abuelita. De lo único que me aquejo de ella, era su constante impulso por estimular mi imaginación al contarme las tenebrosas leyendas del campo (diablos, duendes, ángeles del infierno, seres del más allá, del mas acá…de todas partes) lo único que le falto a la vieja ensañarme fue defenderme del cruel mas oscuro sobre la tierra.
Lo ultimo que recuerdo es un espejo roto con mi reflejo, de origen antiquísimo, me reflejó un mundo paralelo, cada vez que veía mi imagen al frente, mas lejos me sentía de mi mismo. Vi mi rostro derretirse como una cera, tal vez fue el calor de la noche, el calor de la vela…aquello fue la sensación más penumbrosa que jamás había sentido…en vez de temer a alguien más, me temí a mí mismo. Fui a parar a la finca de la abuela, ambos muertos, por fin pudo narrarme el horrible mundo de los vivos.